Por: S.Cantú
*Ciudad de México, 24 de agosto de 2023* - Beatriz Paredes Rangel, reconocida aspirante del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la candidatura del Frente Amplio conservador, ha tomado medidas audaces para consolidar su posición y atraer a una base de votantes más amplia. La veterana política ha demostrado que el antiguo priismo aún mantiene su influencia, no solo dentro de su partido, sino también en la opinión de muchos ciudadanos mexicanos.
Paredes, quien se esfuerza por presentarse como una candidata confiable de la derecha prianredista, ha llevado a cabo una maniobra política de alto riesgo al alinearse con el Grupo Monterrey, un enclave de la ultraderecha empresarial. Esta estrategia incluyó resucitar el caso del asesinato del empresario Eugenio Garza Sada en septiembre de 1973. Durante un intento de secuestro frustrado por parte de la Liga Comunista 23 de Septiembre, Paredes se arrodilló ante el Grupo Monterrey, citando discursos del empresario Ricardo Margain Zozaya que abogaban por represión contra grupos guerrilleros.
Esta inesperada alianza ha puesto en el punto de mira a Jesús Zambrano, actual presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y miembro del Frente Amplio. Zambrano, quien formó parte de la guerrilla en 1973, ahora colabora con la ultraderecha en el Frente Amplio, en lo que se considera un giro político radical hacia el neoliberalismo.
Paredes, cuya carrera política se ha forjado en el PRI, ha oscilado entre el progresismo populista y la aceptación consciente de políticas neoliberales. Aunque se presentó con la bandera del progresismo populista, respaldó los gobiernos de Miguel de la Madrid Hurtado y Carlos Salinas de Gortari, conocidos por sus políticas neoliberales.
Su acercamiento al Grupo Monterrey, una de las facciones más conservadoras de la ultraderecha empresarial, ha planteado dudas sobre la verdadera motivación detrás de su candidatura. En lugar de reforzar su posición dentro del Frente Amplio conservador, esta alianza parece más bien centrarse en vender una figura y un discurso populista que enmascara una agenda neoliberal que favorece a los empresarios nacionales y extranjeros.
El enfoque de Paredes en atraer a votantes con promesas populistas mientras se alinea con figuras económicas clave, como Claudio X. González, José Angel Gurría Treviño e Ildefonso Guajardo, sugiere que su campaña está diseñada para impulsar un proyecto económico neoliberal enmascarado bajo retórica asistencialista.
La decisión de Paredes de aliarse con la ultraderecha empresarial del Grupo Monterrey y presentarse como una defensora de los intereses del gran capital plantea preguntas sobre la dirección que tomará la política mexicana y la verdadera motivación detrás de su candidatura en el Frente Amplio conservador. Con las elecciones en el horizonte, los ciudadanos observarán de cerca cómo esta alianza afectará el panorama político y económico del país.
NOTA AL PIE : TODO ESTARÍA MEJOR EN EL PRI SIN LA PRESENCIA DE "ALITO"
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